sábado, 9 de marzo de 2013

Día de la Mujer

Ayer, 8 de Marzo, otra vez leí, escuché y ví cosas que no me gustaron por el Día de La Mujer.
No ví en ninguna parte recordar bien los orígenes de la celebración.Y es que no es claro su comienzo, ni su por qué.
Sus orígenes y desarrollo, a continuación:

Esto empezó como el Día de las Mujeres Socialistas en EEUU, el último Domingo de Febrero (1908).
Otro hito, es la huelga de textiles (con manifestaciones) del 27 de Septiembre de 1909 al 15 de Febrero de 1910.
Después tomo más fuerza y con el reclamo del sufragio universal para todas las mujeres.
Y mutó al Día de la Mujer Trabajadora (19 de Marzo de 1911).
Días después, el 25 de Marzo, las trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York declararon una huelga, el dueño no aceptó el reclamo, las obreras ocuparon la textil, el dueño cerró las puertas y la prendió fuego... Asesinando a sus 146 trabajadoras (esto hizo que se modificaran las leyes laborales en EEUU).
Desde 1914 se celebra en Rusia el Día de la Mujer. Pero en 1917, con ese festejo arranca una protesta nacional por falta de alimentos (consecuencia de la 1ra Guerra Mundial -28 JUL 1914 al 11 NOV 1918-). Que termina en... La Revolución Bolchevique!
Desde ahí, el 8 de Marzo es fiesta nacional rusa (soviética en esa época), aunque laborable. Desde 1966, feriado (Día Internacional de la Mujer Trabajadora).
En 1975 la ONU convalidó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.
Y en 1977, la Asamblea General de la ONU lo proclamó como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.

Por lo cuál, el Día de La Mujer es zurdo, ruso, soviético, comunista...!! JaJa!!


Mi posición
Lamentablemente no es la de felicitar con flores o bombones, ni promover comprar un Vino para festejar o salir a cenar con la amada tomándose un Vino... (Porque esto es un blog de Vinos, no? JeJe!).
Cuando se haya conseguido la igualdad y los logros mínimos de la mujer, vemos... Pero hoy, falta mucho. A saber:
Aborto legal, erradicación de las redes de trata, terminar con la violencia de género, igualdad ante un empleo, mismo salario por mismo trabajo, terminar con el sistema patriarcal, el uso exclusivo del apellido paterno y lo de suplantar o adoptar el apellido del esposo y democratizar el lenguaje (el dominio del masculino).

lunes, 18 de julio de 2011

Comunicados de prensa de CEPAL

La CEPAL (Naciones Unidas) informó que Argentina liderará el crecimiento de sudamérica (8,3%), aunque a todos nos irá muy bien: Perú (7,1), Uruguay (6,8), Ecuador (6,4), Chile (6,3), Paraguay (5,7), Brasil y México (4,0), Venezuela (4,5) y Colombia (5,3).

El informe

Crecimiento de América Latina y el Caribe llegará a 4,7% en 2011
Para 2012 se espera que la región crezca 4,1% debido a un contexto internacional menos favorable

(13 de julio, 2011) América Latina y el Caribe mantendrá en 2011 la recuperación iniciada en la segunda mitad de 2009 tras la crisis económica internacional y crecerá 4,7% gracias al impulso de la demanda interna, según un informe de la CEPAL.

En su Estudio económico de América Latina y el Caribe 2010-2011, presentado hoy por la Secretaria Ejecutiva del organismo de Naciones Unidas, Alicia Bárcena, la CEPAL indica que este crecimiento implica un aumento de 3,6% del PIB por habitante y reafirma que la actual coyuntura obliga a prestar especial atención a los desafíos de política macroeconómica que la región tiene por delante.

"¿Qué tan preparada está América Latina y el Caribe para administrar el crecimiento económico? Debemos recuperar el espacio fiscal para tener la capacidad de tomar medidas que aseguren un crecimiento sostenido, con empleo productivo e igualdad", señaló Bárcena.

El crecimiento regional en 2011 se basa en gran medida en el impulso del consumo privado, explicado por la mejora de los indicadores laborales y el aumento del crédito. Al mismo tiempo, el agotamiento de la capacidad productiva ociosa originado en el sostenimiento de la demanda interna está dando lugar a un aumento de la inversión que se beneficia de una mayor disponibilidad de crédito y que recupera los niveles alcanzados antes de la crisis.

Según el informe, la expansión repercutirá también de manera positiva en el mercado laboral de la región, lo que permite esperar una nueva reducción de la tasa de desempleo de un 7,3% en 2010 a entre 6,7% y 7% en 2011.

Al igual que en los últimos años, se aprecia un crecimiento a tres velocidades en la región. Por un lado, las mayores tasas de expansión se observan en América del Sur, área que crecerá 5,1% en 2011, favorecida por la mejora significativa de sus términos de intercambio por los mayores precios obtenidos por las exportaciones de productos básicos, en los cuales está especializada. En tanto, la subregión centroamericana en su conjunto anotará 4,3% y las economías del Caribe 1,9%.

A nivel de países, el crecimiento este año estará encabezado por Panamá (8,5%), seguido por Argentina (8,3%), Haití (8,0%) y Perú (7,1%). Les siguen Uruguay con 6,8%, Ecuador (6,4%), Chile (6,3%) y Paraguay (5,7%). En tanto, Brasil y México crecerán 4,0%, Venezuela 4,5% y Colombia 5,3%.

En el Estudio económico 2010-2011 la CEPAL advierte que el aumento de los precios internacionales de los alimentos y los combustibles, en el contexto de un aumento de la demanda interna, ha dado lugar a la aparición de presiones inflacionarias. Como consecuencia, se observa un relativo endurecimiento de la política monetaria en varios países de la región, lo que ha incrementado el diferencial entre las tasas de interés internas y las internacionales. En una coyuntura caracterizada por una abultada liquidez externa, esta situación favorece una apreciación de los tipos de cambio regionales.

Perspectivas
Se espera que América Latina y el Caribe crezca un 4,1% en 2012, equivalente a un aumento de 3,0% en el producto por habitante, aunque persiste una elevada incertidumbre derivada de la coyuntura externa.

En su informe, la CEPAL recalca los desafíos en materia de política macroeconómica que se presentan a los gobiernos de la región en un contexto de aumento de los precios de los productos básicos, elevada liquidez internacional y solidez de algunas economías latinoamericanas.

En el actual panorama, el mayor atractivo que presenta la región para los influjos de capitales y las presiones apreciatorias de las monedas locales podrían tener un efecto beneficioso en el corto plazo que contribuiría a aliviar la pobreza, al abaratar el precio de los alimentos. Sin embargo, esta situación plantea una serie de riesgos y dificultades.

Por un lado, la región se torna vulnerable a movimientos de capitales especulativos, en búsqueda de ganancias de muy corto plazo, y pueden originarse burbujas en los precios de los activos financieros y mercados inmobiliarios.

Por otro lado, la elevada liquidez internacional presiona al mismo tiempo a la baja a los tipos de cambio reales y al alza a los precios de los productos básicos, operando como un incentivo hacia una especialización intensiva en la producción y exportación de bienes primarios. Esto aumenta la vulnerabilidad de las economías de la región a los shocks externos y genera mayor volatilidad de la inversión, afectando así de manera negativa la capacidad de crecer, de generar empleo productivo y de disminuir la desigualdad.

De acuerdo con la CEPAL, las autoridades económicas de la región deben implementar medidas para contener la apreciación cambiaria combinando intervenciones en los mercados de cambio, controles a la entrada de capitales y regulaciones financieras. Estas medidas aumentarían su potencial si fueran acompañadas de una política fiscal orientada al incremento del ahorro del sector público.

Finalmente el informe advierte sobre las incertidumbres existentes en la economía internacional, especialmente la situación en Estados Unidos, Europa y Japón, y la eventualidad de un deterioro del contexto internacional que limite el potencial de crecimiento de la región. Por ello es aconsejable aprovechar la actual coyuntura favorable para recuperar el espacio de políticas que se contrajo en la crisis.

Indice de Gini argento

Lean esta nota de Datos Duros que analiza la evolución del índice de Gini argentino en los últimos 36 años.



Volver a Perón: CFK 2014
Hace tres años y medio, en vísperas de la asunción de Cristina Fernández a la primera magistratura de la Nación subimos ESTE post donde hacíamos unas proyecciones, cuya síntesis es el cuadro que vemos más arriba.

En el mismo analizábamos la evolución del Indice o Razón de Desigualdad de Gini, y nos atrevíamos a preguntarnos sobre su evolución futura y su distancia / acercamiento / alejamiento con el registro que tuvo el Indice en el año 74'. Decíamos:

La cosa es que elegimos ese momento de nuestra historia por varias razones –pocas en realidad-: primeramente porque fue el último año más o menos “normal” en que estuvo en vigencia el anterior modelo de acumulación: industrialista, mercadointernista, con una clase trabajadora que cobraba bien y en blanco, tenía sindicatos poderosos, los asalariados se llevaban algo así como el 47% del ingreso (46,9% en 1973, último año de la serie de distribución funcional del BCRA). En fin, el estatismo populista feo y malo reinaba a sus anchas por los confines de la república, y en los barrios populosos de morochaje los domingos crepitaba en los aires la fragancia del asadito.

La extrapolación que hicimos aquella vez adolecía de contar con una corta y limitada serie de datos, sólo hasta el primer trimestre de 2007. La cual por añadidura provenía de una Encuesta Permanente de Hogares (EPH) aquejada de una interminable "transición metodológica" que la hacía bastante dificil de manejar, y no digamos ya interpretar (nota para interesados: por ejemplo, hemos hurgado bastante buscando alguna justificación -¡una!- del porqué una encuesta como ésta debiera tener cinco poderadores diferentes de cada individuo para expandir la muestra, seguimos buscando). Afortunadamente la des-intervención del organismo luego de la espinosa disputa que se dio a su interior -sobre todo- en 2007, hizo posible que algunas cosas mejoraran y mucho. En fin, sigamos.

Pasado todo este tiempo, podemos decir que la tendencia que se entrevía allá por el 2007 no ha hecho sino sostenerse de modo continuado. La desigualdad en Argentina, luego de la salida de la convertibilidad y con la estructuración del Nuevo Modelo de Desarrollo vigente, ha quebrado la secular tendencia a la concentración del ingreso que se verificó desde la ruptura de la industrialización -en 1975/1976- en adelante. Desde 2003 la desigualdad de ingresos ha disminuído de manera sostenida, llegando a registros que no se verificaban desde inicios de la década del 80'.

No nos vamos a perder en la cantilena de "resultadismos" que podríamos enumerar como factores que contribuyeron a esta performance, y sí vamos a ir al grano, al quid de este post que, como adivinarán, no es otro que actualizar los datos de aquellas cuentas del 2007 para ver qué pasó desde entonces y cómo estamos ahora. Para interesados en las cuestiones metodológicas que están detrás de estas cuentitas, no podemos sino sugerir la lectura del post citado al inicio.

Sólo diremos, como allá por 2007, que:

¿Esto es sanata? NO. ¿Futurología? Un poco. Una variable –como nuestro índice de Gini- es condicionada, influída, determinada y modificada por una multiplicidad de factores, cuantificables o no, que a su vez pueden variar, y lo hacen. Por eso, como suelen hacer los economistas, llamaremos a esta proyección un “ejercicio”. De todos modos, como luego veremos, nos habilita para dilucidar qué cosas deberían también ocurrir para que esa tendencia se materializara.

Bueno, ¿y qué nos dieron las cuentitas esta vez? Acá se puede ver:


Clave de lectura: si continuamos extrapolando al futuro la tendencia lineal (la recta azul, calculada por mínimos cuadrados) del Indice de Gini (en verde con puntitos, calculado en base a la agrupación en deciles de los hogares) desde el 3°trimestre de 2003 hasta el 4°trimestre de 2010 (con un hueco en el 3°trimestre de 2007, que fue cuando los revolucionarios de ATE-INDEC boicotearon la realización de la EPH), buscamos cuándo es que se cruzará con el nivel del Indice de Gini para el GBA en Octubre de 1974 (la línea naranja horizontal que vemos más abajo).

El resultado es que -de mantenerse y sostenerse en el tiempo la tendencia verificada desde 2003 en adelante, con todos sus factores condicionentes, etc., etc.- recobraríamos el nivel de desigualdad de ingresos de 1974 exactamente el 4°trimestre de 2014.

La "predicción" de 2007 a fin de cuentas resultó conservadora, si bien, el grado de aproximación de aquella extrapolación a los valores luego verificados es verdaderamente notable y sorprendente. Creo que en aquél entonces... éramos bastante más pesimistas!

Entonces, tenemos por delante la perspectiva de que, de ser reelecta la Presidente Cristina Fernández, y continuar con los sustancial del Modelo de Desarrollo vigente desde 2003, con los reajustes que fueren necesarios, le performance distributiva sin dudas haría que en 2015 seamos testigos del traspaso del mando presidencial a un candidato triunfador de orígen -sin dudas- peronista, y -muy probablemente- kirchnerista, sea lo que fuere que signifique eso para entonces.

martes, 29 de marzo de 2011

miércoles, 16 de marzo de 2011

Comparaciones odiosas

Esta es una nota que tiene casi 3 meses, pero que es totalmente válida todavía.
Salió en Página/12 y es de Ivan Heyn y Julian La Rocca, economistas de AEDA. Trata sobre los salarios y una canasta de alimentos en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.

Comparaciones odiosas

Los precios de alimentos han aumentado bastante en los últimos años, pero también lo ha hecho el salario, mínimo y medio. Esto implica que se mantuvo o creció el poder adquisitivo. Revelador cotejo con precios de países vecinos

La cuestión del nivel de precios es un tema recurrente en la agenda económica mediática. En razón de ello, los grandes medios de comunicación han lanzado una nueva metodología científica para medirla. La misma consiste en apostar un movilero a las 10 de la mañana en una carnicería de la Recoleta para acercar a sus televidentes la triste realidad: indignadas señoras del barrio rezongan porque el lomo llegó a 100 pesos. El resultado de la medición es contundente: la inflación en Argentina está que arde y el sueldo no alcanza ni para comer.

Los economistas que intentan contradecir esta aparente realidad lo hacen mediante índices que a la mayoría de los mortales les resultan sospechosos o directamente incomprensibles. De nada sirve argumentar que lo que importa es el poder adquisitivo del salario, que la Argentina tiene el salario mínimo más alto de Sudamérica medido en dólares paridad de poder adquisitivo. Pero resulta que Internet permite dar un paseo virtual por los países vecinos para comparar. Basta con tomar un carrito electrónico y recorrer las góndolas de los supermercados on line. Ya no hay que creerle a nadie. Se pueden cotejar los precios de los alimentos con esos países. Lo hicimos para Argentina, Brasil, Uruguay y Chile. El primer resultado: el lomo más caro –el de ternera– en Coto cuesta 63,30 pesos, y el de novillito –nada despreciable– a 41,90 pesos.

El ejercicio es simple: observar los precios de los alimentos más importantes y compararlos con los salarios mínimos de cada país. El Cuadro 1 que acompaña esta nota refleja los resultados de un tour virtual por la economía real. Esa experiencia arroja el siguiente resultado: con un salario mínimo argentino se puede comprar 400 litros de aceite de girasol, mientras que en Brasil el salario mínimo local alcanza para comprar 142 litros, en Chile 148 y en Uruguay 109. Siguiendo esa línea, en Argentina se pueden comprar 1168 kilogramos de harina de trigo, 847 kilogramos más que en Brasil, 768 más que en Uruguay y 690 más que en Chile. Los invitamos a que recorran el cuadro. En todos los casos, el salario mínimo argentino rinde más que el de países vecinos. Al finalizar la compra pasamos por la caja: en Argentina se había gastado el 8 por ciento de un salario mínimo, en Chile el 11, en Brasil el 13 y en Uruguay el 19 por ciento.

Si esta muestra es significativa –cada cual puede hacer la suya de manera muy sencilla–, es una muy buena noticia para la Argentina. Indica que los sectores asalariados de menores ingresos tienen más posibilidades de acceso a los alimentos en términos comparativos.

Ahora bien, ¿qué pasa con la clase media? El hecho de que con un salario mínimo pueda comprar más alimentos en Argentina podría reflejar simplemente que existe un salario mínimo alto y nada más (y nada menos). Sin embargo, se observa una tendencia muy similar en un ejercicio con los salarios medios. En este caso, cuando se pasa por la caja se había gastado el 3 por ciento de un salario medio en Argentina, el 4 en Brasil y en Chile y el 8 por ciento en Uruguay. Los resultados se exponen en el Cuadro 2.

Hay un dato que llama mucho la atención que merece una mirada en detalle: la comparación entre Argentina y Uruguay. Más allá de tener dos escalas distintas, las condiciones naturales para la producción de alimentos de los hermanos orientales son muy parecidas a las nuestras. Sin embargo las diferencias de precios, en todos los alimentos, son enormes. En particular, se vuelven abismales entre los productos marcados con un asterisco. Los invitamos a pensar qué característica común tienen estos productos en el mercado argentino que los diferencia del mercado uruguayo. La respuesta (perdón Paenza) al final del Cuadro 2.



jueves, 10 de febrero de 2011

Fuerza bruta

Nota de Página/12 del pasado Lunes, 7 de febrero de 2011.

Fuerza bruta
Por Eduardo Aliverti


No hay noticia políticamente más importante que el virtual lanzamiento de Mauricio Macri como candidato presidencial. Habrá quienes crean que sólo se trata de una formalidad, al entenderla como una decisión elemental y tomada hace tiempo, pero, en primer lugar, no es así. Y, en cualquier caso, deja las cosas más blanco sobre negro que nunca en términos de dónde pararse frente a un año electoral decisivo para el corto y mediano plazo de los argentinos. E incluso para el largo.

Como se recordó en estos días, Néstor Kirchner juzgaba obvio e inevitable que, más tarde o más temprano y crecientemente, el escenario político quedara circunscripto a una gran fuerza inclinada hacia la izquierda y a otra volcada para la derecha. A fin de evitar polémicas inútiles: estamos hablando de poderíos, figuras y candidaturas con chances de poder real, y no de estampas testimoniales. Con independencia del modo en que cada quien evalúe al ex presidente, los hechos estarían dándole la razón. El denominado “peronismo federal” ya pasó de la puerta del cementerio a los pies de su tumba, con Duhalde como mascarón de proa simbólico y algunos correveidiles que no terminan de decidirse a nada porque apenas los une, o unía, la bronca y el estupor ante el hecho heterodoxo del kirchnerismo. Elisa Carrió, segunda en los últimos comicios presidenciales y construida por gruesos sectores de clase media urbana como una outsider capaz de contener a sus inconformismos sempiternos, ha pasado a ser, definitivamente, un tema de evaluación psiquiátrica. Hace rato que no merecía ser justipreciada con parámetros de medición convencional, porque nadie se dedica a lo político-dirigencial para destruir todo lo que construye. Carrió hace animación mediática, no actividad política. Acaba de afirmar que la masividad del funeral de Kirchner fue montada por Fuerza Bruta. Se diría que no hay vuelta atrás para quien llega a ser corrido por izquierda por Mirtha Legrand, aunque podría argüirse que en la Argentina jamás se sabe. Hay más luego una incógnita, ya pulverizada esa otra construcción, periodístico-campestre, que es el Gardiner mendocino; y descartadas, se supondría, las probabilidades de otro cuyano, Ernesto Sanz, del que más o menos nadie tiene idea de quién es. ¿Hay todavía un voto radical histórico, gorila, maestro-ciruela, en condiciones de hacer entrar en las grandes ligas al hijo de Alfonsín y a alguna porción de ese Partido Socialista al que da pavura confiarle algo más que una intendencia? ¿Hay vuelta, objetivamente, de la imagen de no saber terminar un mandato, del fantasma del helicóptero, de haberse sufrido que sus carencias de liderazgo les impiden gobernar con el peronismo en contra, de no controlar sindicatos, de no conocerse qué diablos es en verdad la alternativa que ofrecen? Finalmente, para volver o seguir andando por postulaciones testimoniales, el neo-Carrió que es Pino Solanas (no por la expresividad ideológica, aclaremos, sino como representatividad quijotesca) resolvió ir por la testificación presidencial inviable y no por la probabilidad certera de gobernar la Capital. Pino no quiere gestionar. Quiere relatar. De modo que resignó el enchastre con lo probable a favor de la comodidad de lo imposible.

Por todos esos agujeros que dejan las opciones al kirchnerismo, Macri comunica que va él. Lanzó una secuencia de oraciones a la que no se prestó mayor atención, ni siquiera por parte de sus más conspicuos detractores. Dijo que va por todo. Dijo que Buenos Aires ya no le interesa porque si gana Cristina no aguantará otros cuatro años de no poder hacer nada, a repugnante contramano de aquello que afirmaba en su campaña: a la Capital le sobra la plata, decía en 2007, y no tiene por qué depender de nadie. Dijo que si le va bien, será presidente. Y que de lo contrario tendrá más tiempo para estar con Juliana, en la definición más pornográfica que el firmante recuerde acerca de cómo se interpreta la vocación política: ya fui presidente de Boca y ya goberné nada menos que a los porteños, así que sólo me queda la Presidencia de la Nación y de lo contrario me dedico a mi mujer y a los negocios que me deja mi papá. Toda una auténtica disposición al entendimiento de la política como servicio público. Que se arreglen entre Rodríguez Larreta y Michetti: si pierden es problema de ellos y no del desastre que fue mi gestión. La derecha peronista no tendrá otra variante que seguirme. Y eso trae tanto (eventual) respaldo de aparato como interrogantes porque, ay, ¿la hibridez de los radicales llegará hasta el punto de votar a un tipo que tiene detrás el apoyo de Duhalde & Cía? No importa. Si les gusta bien y si no, también, porque no tendrán otra en esa segunda vuelta que hoy es una quimera. Macri va por todo y está perfecto. Olfatea que, aun cuando el viento de cola de la macroeconomía le da al kirchnerismo y a la popularidad de Cristina una ventaja enorme, hay una porción de esta sociedad, muy significativa, que no quiere lola con experimentos de aroma zurdo. ¿Cuántos son los argentinos que a pesar de estar mejor que casi nunca, o precisamente por eso, quieren sacarse de encima la incomodidad de enfrentamientos con el Imperio, y a Madres y Abuelas en el balcón de la Rosada, y a los piquetes y a Moyano, y a que el Estado se meta en mi vida como si alguna vez hubiera habido más Estado que cuando la rata lo puso a disposición de sus agentes? ¿Cuántos serán esos argentinos que compran el país que les venden Clarín y sus acólitos? ¿Cuántos son los que creen que está amenazada la libertad de prensa, y que Guillermo Moreno es más perjudicial para su vida cotidiana que los grupos monopólicos? ¿Cuántos los que compran que estamos aislados del mundo? ¿Cuántos los pobres y la clase media a los que les parece que no es cuestión de cómo les va sino de cómo les dicen que les tiene que ir? ¿Y cuántos son los que, malhumorados o indignados por “la inseguridad”, serán capaces de ir atrás de un discurso represivo asquerosamente demagógico, cuya inutilidad completa se reveló una y mil veces? La cuenta que saca Macri es que todavía son muchos. Ha deducido, por pulsión de clase, o porque registra que cuanto mejor se está más miedo puede tenerse a perder alguna quintita, o porque tendrá a sus órdenes a la maquinaria mediática, que es todo o nada. La Presidencia o Juliana. Le llevó su tiempo, y por eso no es cierto que la decisión caía por su propio peso. Apuesta a que, a pesar de lo que se avanzó, ese componente reaccionario de la sociedad argentina es lo suficientemente grande como para ponerle una ficha, aunque pueda quedarse sin el pan y sin la torta.

Que el peronismo antikirchnerista no le garantice ni por asomo la presencia nacional de que carece; que si alcanza la segunda vuelta es dudosísimo su arrastre de voto radical; que no sólo carezca de equipo sino de partido o fuerza militante, directamente, son aspectos que Macri habrá tenido en cuenta, pero sin mayor quite de sueño. Después de todo, él no se metió en política para construir cosa alguna que no fuera un ámbito de negocios institucional, con el apoyo de las grandes facciones de poder económico y el favor de votos que pudiera brindarle la sucesiva defección de los partidos tradicionales. Hoy, ese proyecto tiene la traba de un oponente que suscita ora entusiasmo, ora apoyo por descarte ante la impresentabilidad del resto. Pero confía, o eso sugiere, en que si encarna al original más puro de la derecha, contra fotocopias, insulsos e indecisos, puede haber un espacio importante, y hasta ganador, desde el segmento de la Argentina tilinga, facha, individualista.

¿Tendrá razón Macri? Según la actualidad, no parece. Según la experiencia histórica, siempre hay un huevo de la serpiente dando vueltas. Esa es la auténtica fuerza bruta.

miércoles, 26 de enero de 2011

Televisión argentina

Nota aparecida hoy en Página/12
Televisión argentina, la edad oscura
Un análisis de la televisión argentina actual, los estereotipos que la atraviesan y la pobreza que caracteriza sus propuestas

Por Luis Buero*

Hace ya varios años la Universidad de Morón publicó –una edición sin fines de lucro– mi libro Historia de la TV argentina contada por sus protagonistas (1951/96); luego escribí otro volumen pero ya dedicado exclusivamente a los guionistas, que puede bajarse gratuitamente de Internet y se titula Hablan los autores. Y a principios de 2011 la misma universidad editará la continuación del primer libro, es decir, la historia de nuestra televisión pero desde el ’97 hasta el año 2008. Varias veces he pensado “¡qué suerte que cuando me propusieron hacer la segunda parte, a fines de 2007, el período a considerar sólo incluyó desde el ’97 hasta el año 2008!”.

¿Por qué? Porque todos estos libros de finalidad educativa y valorativa de la pantalla chica vernácula, se han basado en infinidad de entrevistas a personalidades de los distintos oficios y profesiones del medio. Si el libro hubiera contemplado los últimos dos años, 2009 y 2010, ¿a quién habría tenido que hacerle notas? ¿Al artista chocolatero Ricardo Fort, a la travesti Zulma Lobato, al Amigacho, a la Mole Moli? ¿O tal vez a la gran actriz Juana Viale? ¿O a la excelente periodista Anabella Ascar?

Nadie puede negar –al menos si se pone del lado del público– que la creatividad de la tele argentina está pasando por su momento más oscuro. Pobreza de ideas tal vez sólo comparable a los años de la dictadura, con la diferencia de que en ese momento la imaginación estaba cercenada por la censura y hoy hay, diríamos, casi una hemorragia de libertad expresiva.

Pensemos en las excusas que nos darían los programadores. Este medio se sostiene en cuatro patas: contenidos, tecnología, recursos (léase ingresos publicitarios) y contexto social. ¿Qué les estará fallando? ¿Por dónde se les suelta la cadena?

Si decimos que los contenidos no sobrepasan la mediocridad general, ¿a cuál de las otras cuatro patas le echamos la culpa? ¿Los que crean o deciden qué proyecto elegir son menos ingeniosos que la tabla del uno? Pasemos a algo más fácil de dimensionar. ¿Faltan recursos? Los ingresos publicitarios ya venían en decadencia desde mediados de la década del ’90 y sin embargo tuvimos productos creativos como Vulnerables, Tiempo final, El garante, Los Simuladores, Hermanos y detectives, Los exitosos Pells, telenovelas como Vidas robadas, etc...

Por otro lado, antes, en los ’80 democráticos, Situación límite se hacía con cuatro actores y una tarima, y a principios de los ’90, La familia Benvenuto era una comedia en vivo realizada totalmente en interiores. Y hoy los americanos producen el ficcional In Treatment con menos decorado que nuestro periodístico A dos voces; y en la exitosísima y super inteligente serie Dr. House siguen mostrando el plano general de la maqueta de la clínica, con la misma camioneta negra de juguete estacionada a la izquierda.

Mientras ellos, repito, los yanquis, aún en plena crisis, crean Lie to Me, Death Drop Diva, The Good Wife, The Big Bang Theory, etc... todas series de bajo presupuesto con detalles originales, nosotros ¿qué vemos?: Malparida, una historia otra vez basada en la venganza (¡pobre Montecristo!) con vericuetos infantiles, diálogos superfluos y actuaciones que –¿será culpa del texto?– parecen de alumnos de una muestra de teatro de primer año de estudios.

Por otro lado seguimos soportando la tinellización del resto de la pantalla, los ciclos parásitos (de chimentos, de archivo, de panel, es decir, los nuevos géneros que pululan desde que la falta de plata es la coartada de lo paupérrimo en ingenio) que reproducen los enfrentamientos de jurados y bailarines del programa de Tinelli, ese productor que se ha convertido en el sinónimo de la palabra televisión, gracias al porcentaje de menos de mil familias contratadas por Ibope que le dan los puntos de rating necesarios como para representar el gusto de más de 40 millones de argentinos.

Al mismo tiempo, otros conductores de la medianoche que antes lo criticaban (a Tinelli) y mientras tanto presentaban a los “ilustres desconocidos”: científicos, escritores, poetas, hoy llevan a su sofá a chicas mediáticas y les preguntan de qué manera les gusta practicar el sexo oral.

Y finalmente nos queda la guerra periodística entre multimedios (oficialismo vs. Clarín o viceversa) que ya ha facilitado las clases de todos los docentes de periodismo, que años atrás debían rastrear los medios para buscar ejemplos para sus alumnos, a fin de mostrarles los mensajes subliminales, y los procesos inadvertidos de socialización, y ahora los resaltan groseramente sin esfuerzo con sólo mirar los títulos, volantas, copetes, epígrafes.

Ahora ya nada es desapercibido, subrepticio. Todo es chapucero, evidente, provisional. Porque los que están en contra del Gobierno criticarían (en sus programas de entrevistas, noticieros o de almuerzos) hasta que la Presidenta invente la grajea de la inmortalidad, y los que están a favor les parece que todo lo que hacen los funcionarios K es maravilloso y providencial, perjudicando la imagen del mismo Gobierno con tanto chupamedismo.

Lo peor de todo lo expuesto es que, como escribió alguna vez Joan Ferrés, en la relación de la televisión con el público se invierte el efecto placebo. El placebo es un medicamento inocuo (un globulito de azúcar) que algunos médicos dan a sus pacientes hipocondríacos, los cuales los consumen creyendo que contienen una droga curativa y por sugestión se sienten mejor. La televisión, al revés, es consumida por el público pensando que no nos produce ningún efecto, y sin embargo, nos simplifica el pensar con estereotipos reduccionistas, nos afecta el buen gusto con productos baratos intelectualmente y hasta morbosos, nos da modelos de identificación muy criticables, y pretende enternecernos con sujetos ridículos, enfermos de narcisismo o directamente de apariencia psicótica.

Ojalá si los productos de la pantalla chica argentina no cambian nos animemos a decir y hacer como Groucho Marx: La televisión es un invento muy educativo, cuando veo que alguien enciende un televisor, voy a la biblioteca y leo un libro.

* Guionista, periodista, psicólogo social.
 
ir arriba