lunes, 15 de marzo de 2010

Una nota del genial Hugo Presman

El 9 de Marzo publicó en su blog personal esta nota, que muestra un posible futuro tan claro como posible. Un brillante resumen de ideas.

La oposición al gobierno
El kirchnerismo es un movimiento complejo que implica una ruptura en algunos aspectos con la década del noventa y en otros significa una continuidad. Por sus rupturas padece la furia de sectores del establishment y de la mayoría de las clases medias. Por sus continuidades recibe la crítica despiadada del progresismo tipo Pino Solanas y de las sectas de izquierda, que lo consideran su enemigo principal. Es necio no reconocer 15 o 20 medidas trascendentales como la negociación de deuda con una enorme quita, el no al ALCA, la política de derechos humanos, la Corte Suprema, la asignación universal, la ley de medios, la estatización de la seguridad social, las paritarias, el mejoramiento de la legislación laboral, la disminución de la desocupación, el otorgamiento de jubilaciones a quienes nunca la hubieron podido obtener, la mayor presencia del Estado en la economía, el alineamiento latinoamericano, las medidas adoptadas para sostener la ocupación en medio de la peor crisis del capitalismo, renegando de las políticas tradicionales de ajuste. A su vez es torpe no reconocer los errores de implementación de medidas positivas, las fallas groseras en la construcción política, la omisión de avanzar sobre la reforma impositiva, el modelo sojero y el peligro del monocultivo y la desertización, el escándalo de la minería, los manchones importantes de corrupción. Es obvio que cualquiera de los posibles ganadores de la oposición en el 2011, revertirá la mayoría de las rupturas y acentuará las continuidades. Es Martín Sabatella desde afuera del kirchnerismo el que mejor se ubica en este complejo panorama. Defiende las medidas de ruptura y las considera un piso. Desde ahí y apoyando al gobierno de los embates de sectores del establishment y sus representaciones políticas propone elevar el techo. Es muy diferente a lo que hace Proyecto Sur que, más allá de sus declaraciones, termina siendo la izquierda del poder económico. Pino Solanas califica al gobierno de rederecha, con un lenguaje juvenil que desentona con su edad, mientras se abraza a Aguad, Morales, De Narváez, Carrió y Macri. A la hora de los hornos, a Pino le han extirpado todo lo que quedaba de su adscripción al peronismo histórico.
LA OPOSICIÓN AL GOBIERNO

Hagamos un ejercicio de imaginación. Situémonos a los cien días de haber asumido un gobierno presidido por cualquiera de los personajes con aspiraciones presidenciales que integra lo que hoy los medios presentan como un bloque único denominado la oposición, diluyendo en la síntesis premeditada los conflictos y antagonismos que la surcan. A los efectos del ejercicio poco importa que hablemos de Reutemann, Macri, Cobos, De Narváez, Duhalde, Felipe Solá, Carrió o cualquier otro que surja de ese semillero.

No es difícil transcribir las líneas fundamentales del discurso sobre lo que ha hecho y sobre lo que pretende realizar el nuevo gobierno. Escuchemos: “La Argentina está viviendo una crisis terminal. Casi hubiera deseado asumir después de la crisis del 2001. Ocho años de populismo y demagogia, de enarbolar derechos y omitir los deberes correspondientes, de proponer como paradigma la vagancia en lugar de la cultura del trabajo, nos ha llevado a la desestructuración social, a una baja de la productividad alarmante que se traduce en falta de competitividad, en un gasto público incontrolable, en la violación de los contratos que originó inseguridad jurídica y por consiguiente la caída de las inversiones. Controles de precios, subsidios, paritarias, aumentos salariales sin el correlato de un aumento del rendimiento, han descapitalizado a las empresas. La asfixiante presencia del Estado ha desalentado la iniciativa privada, retraído al mercado creando un clima de negocios poco propicio. Todo ello nos ha aislado del mundo y de los organismos internacionales de créditos. En lo político se ha incentivado el odio social, se ha dividido a la familia argentina. Se ha propuesto y ejecutado una política de enfrentamiento, eliminando el consenso y alentando la crispación lo que ha devenido que para un argentino no hay nada peor que otro argentino. Se han dispensado subsidios como una forma de clientelismo y se ha hecho arrodillar en forma indignante a los gobernadores provinciales a través de un manejo discrecional de la caja. El espacio público se ha convertido en tierra de nadie donde medra la delincuencia y toda protesta no conoce otra forma de instrumentación que la ocupación arbitraria de las calles. Se ha atropellado la libertad de prensa a través del ataque irracional a diarios que siempre han sido la última trinchera ante la pérdida de libertades esenciales. Se sancionó con artimañas una ley de medios extraído de algún país latinoamericano con el cual se tuvo relaciones carnales. Con el pretexto de una mentirosa justicia social se han jubilado millones de personas que no han realizado los aportes correspondientes. Se han despilfarrado los recursos obtenidos de una situación excepcional, viviendo una fiesta de la cual lamentablemente ahora hay que pagar los costos. El Indec fue asaltado y destruido en el vano intento de ocultar los datos de una realidad penosa. Por todo ello el gobierno que presido, interpretando la voluntad popular, y atendiendo al estado de la economía ha concretado en estos primeros cien días:
1) Anulación de las jubilaciones realizadas sin las contraprestaciones correspondientes
2) Suspensión de las paritarias por dos años.
3) Otorgar por única vez un aumento de un 8% y congelar salarios y jubilaciones por el mismo período.
4) Llamado a licitación de las empresas estatizadas para mejorar el servicio y eficientizar el perfil presupuestario al eliminar subsidios.
5) Se han ya suprimido los subsidios al transporte, la luz y el gas en un 50%, lo que lamentablemente ha producido un incremento en los pasajes y tarifas del 80%. Es un sacrificio que por última vez se le pide a la población
6) Se ha liberado totalmente el comercio de carnes y granos, para alentar a la actividad productiva que el gobierno anterior descuidó en su insensato conflicto con el campo
7) Se han reducido al 15% en este primer año las retenciones agropecuarias esperando derogar las mismas al segundo año de nuestro gobierno.
8) Se ha restablecido en forma integral la libertad de prensa gravemente amenazada derogándose la llamada Ley de Servicios audiovisuales y enviando al Congreso una nueva que aliente la existencia de nuevas voces pero sin afectar los legítimos derechos adquiridos.
9) Hemos vuelto al mundo pidiendo la ayuda del Fondo Monetario y del Banco Mundial.
10) Hemos cambiado la línea de la política exterior, caracterizada por ubicarse en el mismo campo de países cuyos gobiernos son de marcada línea populista por un alineamiento firme con EE.UU, y sus principales socios continentales como Colombia, Perú y Chile.
11) Hemos dictado, con el objeto de una verdadera reconciliación de los argentinos, una amplísima amnistía cesando inmediatamente la persecución a nuestras gloriosas Fuerzas Armadas. Se han dado por concluidos todos los juicios.
Como verán han sido 100 días muy intensos para revertir la increíble herencia recibida. En los 265 días que aún faltan del primer año de nuestro gobierno de Unidad Nacional tenemos planeado:
1) Congelamiento de las obras públicas en ejecución
2) Una reforma impositiva que aumente la presión fiscal en los sectores asalariados al tiempo que baje la incidencia fiscal en los sectores empresariales para allanarle el camino a la inversión
3) Llamado a licitación del mal llamado Fútbol para todos
4) Suspensión por seis meses de la Asignación por hijo para dirimir los casos conflictivos de clientelismo.
5) Solicitar una Inspección del Fondo Monetario Internacional para que audite las cuentas.
6) Recortar las partidas de salud y educación para poder hacer frente a la deuda externa que debemos honrar sin tocar de esta manera las reservas.
7) Se enviará al Congreso un proyecto de flexibilización laboral para que haga más competitiva nuestra economía.
8) Con el mismo objeto se bajarán los aranceles de importación para que la industria nacional pueda competir en igualdad de posibilidades con los productos importados lo que redundará en beneficio del consumidor al aumentar la competencia
9) Toda manifestación que haga uso del espacio público común deberá ser solicitado con treinta días de anticipación. Las fuerzas policiales, las cuales contarán con un moderno equipamiento, reprimirán con prudencia pero sin contemplaciones, el incumplimiento del pedido o la denegación del mismo. El derecho a peticionar deberá compatibilizarse con el derecho a transitar.
10) Se enviará al Congreso nuevas leyes que modifiquen las actuales sanciones del Código Penal, que lleve a los delincuentes a estar detrás de las rejas de las nuevas cárceles que construiremos. A partir de ahora la política del gobierno que presido es que los ciudadanos no queden presos de la inseguridad. Eso solo afectará a los delincuentes. Y no nos detendrán los que esgrimen un falso garantismo o un oscuro manejo de los derechos humanos. En mi gobierno los únicos derechos humanos que se reconocerán serán los de los ciudadanos honestos y no lo de los que por distintas causas se colocan en conflicto con la ley
11) El diálogo, el consenso, regirán nuestro accionar. La Argentina, ha empezado a ser y lo seguirá siendo definitivamente un país previsible, donde sólo serán privilegiados los que apuesten al país y decidan invertir. Los derechos adquiridos nunca más serán violados.

Finalmente, un pedido a mis compatriotas. Recibimos una pesada herencia. Viviremos momentos difíciles. El gobierno será austero. Y la misma austeridad deberá tener los ciudadanos. Nada se consigue con facilismos y demagogia tan consustancial a los populismos. Seremos un país serio. Ajustaremos y no nos va a temblar la mano. Seremos una verdadera República. Con irrestricto funcionamiento de la división de poderes. Con la independencia del Banco Central. Les aseguro que las privaciones del presente se convertirán en un manantial de riquezas que distribuiremos equitativamente. Argentinos: como dijera José Ortega y Gasset “ A las cosas”. El futuro es nuestro. Muchas gracias.

REPERCUSIONES DEL DISCURSO A LOS CIEN DÍAS DE GOBIERNO

LA NACIÓN: Un nuevo peldaño hacia la racionalidad

CLARÍN: Un período oscuro de nuestra historia ha quedado atrás. Excelente clima de negocios. A pesar de los ataques recibido y los intentos de desguace de nuestro grupo, estamos más sólidos que nunca.

PERFIL: El Balance de los cien primeros días del nuevo gobierno es altamente positivo. Dejamos de ser discriminados en la distribución de la publicidad estatal.

CRÍTICA: VOLAMOS. LEVANTARON LA INTERDICCIÓN A AIR PAMPAS. Misión Cumplida. Este es el último número. Gracias a todos nuestros lectores.

ALFREDO LEUCO: República, división de poderes, democracia. La noche ha quedado atrás. Se lo debemos fundamentalmente a mis hermanos de la Mesa de Enlace, que protagonizaron un 17 de octubre. Mi antiguo mentor, Victorio Codovilla no lo hubiera definido con más precisión. Le doy mi palabra. Hay una nueva aurora.

PEPE ELIASCHEV: Seremos nuevamente un país serio. Sin piqueteros, sin prepotencia, sin censura, de la cual yo he sido la principal víctima. Sé, me lo han prometido, que me devolverán mi programa en Radio Nacional. Por el momento no aceptaré la propuesta que una calle de Villa Lugano lleve mi nombre. Esperaré que en Barrio Norte se desocupe alguna y ahí si aceptaré esta distinción que modestamente creo hace mucho que merezco.

MARCELO BONELLI: Hemos sido atacados injustamente. El Presidente visitará hoy nuestro programa. Estamos tan contentos que por hoy el programa se llamará: “ Una sola voz”. El discurso presidencial ha sido tan contundente que nos dejado sin preguntas.

PINO SOLANAS: Tenemos muchas disidencias con el discurso presidencial, pero aún conservamos intactas las expectativas que asuma una política diferente con relación a la minería. Sólo han transcurrido cien días. Hemos contribuido a facilitar este viraje bajo la promesa de cambiar el régimen legal de los recursos naturales y las inversiones para recuperar los ferrocarriles

ALFREDO DE ÁNGELI: Que felicidad me da un discurso como el que acabo de escuchar. Hemos salido de la tercera dictadura. El campo renace. Todo el ingreso debe ir al productor. Y este gobierno lo hará. Porque piensa en nosotros y como nosotros. Las retenciones pronto serán un recuerdo ingrato dentro de una pesadilla. Nosotros reclamamos lo que nos corresponde como un estricto acto de justicia y por todo lo que hemos luchado para que el matrimonio presidencial se fuera. El campo es la patria. Y a la Patria se la reverencia pero no se la somete a exacciones como lo hacían los dictadores pingüinos.

RABINO SERGIO BERGMAN: Dios es republicano. Y nos ha enviado la bendición de un nuevo gobierno que como he dicho tantas veces practica aquello que no es necesario una ley de medios sino que la ley es el medio

MARCOS AGUINIS: Hemos padecido un régimen que fue una mezcla de Hitler con Mussolini, un matrimonio Ceasescu, con un manejo de la publicidad que empalidece a Goebbels. Aspiro para mi país un gobierno como podría llegar a ser el de Liberman en Israel. Cuidadoso de las formas y de los derechos humanos. Una República. Adelanto que estoy escribiendo una obra maestra que me propulsará al Premio Nobel. Como todas las mías incomparable. Se llamará “Rica Patria Mía Tratado”. Creo que lo que realmente desmoronó al despotismo kirchnerista fue ese libro mío implacable “Pobre Patria Mía Panfleto”

MARIANO GRONDONA: Como siempre citaré a mis maestros griegos Sócrates, Platón Aristóteles, pero cuando me siento a escribir mis columnas editoriales me inspiro en el filósofo y poeta Empédocles, y de ahí las entronco con Milton Friedman. Hay quienes me difaman pero yo soy demócrata y revolucionario. He luchado como un comando civil contra la dictadura de los Kirchner. Y siempre fui revolucionario. Apoyé activamente a la Revolución Libertadora, fui inspirador de la Revolución Argentina y alenté el difamado Proceso de Reorganización Nacional. Y mis detractores me etiquetan de conservador, tal vez porque fui un entusiasta defensor de quién aplicó mis ideas troncales como Carlos Menem. Me enorgullezco de haber contribuido desde Hora Clave a recuperar la democracia, el único clima donde un demócrata como yo puede vivir.

JOAQUÍN MORALES SOLÁ: Me enorgullezco de haber sido un soldado de la resistencia, un oficial obediente a mi general Claudio Escribano, que previendo lo que se venía le acercó a Néstor Kirchner, el 15 de mayo del 2003, un pliego de sensatas recomendaciones, que algunos aviesamente consideraron un ultimátum. Su desobediencia, llevó a la Argentina a la dura situación que padecemos.

HUGO BIOLCATI: No lo van a creer, pero en los últimos cien días, se ha creado un clima tan propicio, que las vacas mugen de satisfacción y duplican la producción de leche diaria, los toros se acercan a los cuidadores para que le extraigan el semen, los caballos relinchan de alegría, la soja crece en forma desmesurada. En pocos meses más ingresaremos al Primer Mundo.

CARDENAL JORGE BERGOGLIO: Ahora creo mucho más en Dios y en la justicia divina. Nadie osará de aquí en más, siendo presidente, no escuchar mi sermón en el Tedeum del 25 de mayo.

CARLOS MENEM: Este gobierno está revalorizando mi gigantesca obra de gobierno. He sido denostado, maltratado, injuriado, pero Dios es justo y se está haciendo justicia. Nunca dudé de mi lugar en la historia. Siempre dije que “ nadie muere en las vísperas”. Ahora puedo agregar que en las vísperas puedo presenciar mi reivindicación.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Poder

Ante conocidos movimientos de poderes establecidos y al parecer intocables, hoy me preguntaba sobre la Justicia y la Iglesia Católica de nuestro país.

Justicia Argentina
Mientras se preocupan de lo que cuenta la presidenta (jueces delivery o alquilados), nada cambia en el poder menos democrático de país ¿Hay sensación de Justicia? ¿Los elige el pueblo? ¿Se jubilan o pagan impuestos como el resto de la sociedad?
Se las dejo picando... Porque las respuestas son demasiado obvias y preocupantes.

Iglesia Católica Argentina
Mientras hasta altos miembros de su jerarquía abusan sexualmente de menores, mujeres y se acuestan por sexo (faltando a sus principios), la corporación presiona social y politicamente a gobernantes contra el matrimonio gay y el aborto. Además, se muestran preocupados por la paz social del país y piden grandeza a sus dirigentes... ¿Por qué no dejan de sacarle plata al pueblo los obispos y arzobispos que cobran sueldazos estatales? Así hay para los pobres, no?...
Además ¿Se jubilan o pagan impuestos como los laburantes?
Alguien vió en que mansiones habitan y trabajan, en que autos se manejan?

Les dejo una nota que encontré casualmente de Carlos Lombardi, docente de la UNCuyo. La misma salió publicada en el diario Mendoza Online (MZA) el 21 de Abril de 2009.

¿Es necesaria la contribución del Estado a la Iglesia católica?
Funcionarios eclesiásticos manifestaron días pasados que el Estado no sostiene económicamente a la Iglesia, que la “contribución habitual que en base a la constitución nacional otorga el Estado a la Iglesia Católica, constituye el 0.02% del presupuesto nacional, y que esto representa para la misma Iglesia un 7% aproximadamente, de cuanto necesita para la evangelización y el culto. O sea, cerca del 93 % de nuestros ingresos para las distintas obras que lleva a cabo la Iglesia proviene del bolsillo de los católicos” (declaraciones del obispo auxiliar de Mendoza a MDZ del 20/04/09).

La realidad indica algo menos ingenuo: junto con las disposiciones legales que obligan al Estado a contribuir al sostenimiento de la Iglesia y al privilegio de inembargabilidad de los bienes eclesiásticos dispuesta por el art. 2345 del Código Civil, la Iglesia es beneficiaria de un sinnúmero de subsidios de carácter oneroso.

Desde pago de sueldos a los obispos (por leyes pronunciadas en dictaduras militares), subsidios destinados a la construcción o terminación de inmuebles eclesiásticos, donaciones con y sin cargo, pago de jubilaciones por invalidez, subsidios por zonas desfavorables, subsidios por vacancia, hasta becas estatales a seminaristas, son algunos de los hechos que ligan al Estado con la Iglesia Católica desde el punto de vista económico. Párrafo aparte debería dedicársele al patrimonio inmobiliario.

Ahora bien ¿es necesaria aquella contribución económica? Si como dicen sus jerarcas lo que reciben del Estado es el 0.02% del presupuesto nacional ¿por qué no renuncian a ese porcentaje si es ínfimo y ganan en credibilidad?

Antecedentes

Sin ser exhaustivos, los primeros antecedentes en materia de regulación jurídico/constitucional del catolicismo en nuestro país, los encontramos en: a) las normas del Estatuto provisional de 1815; b) el Reglamento Provisorio sancionado en 1817 por el Soberano Congreso de las Provincias Unidas de Sud-América para la dirección y administración del Estado, mandado observar entretanto se publicaba la Constitución; c) la Constitución de 1819; d) la Constitución de Santa Fe de 1819; y e) La Constitución de 1826. Analicemos brevemente.
a) El Estatuto provisional dedica el Capítulo II a la Iglesia, el mismo se titula: “De la religión del Estado”. Sus artículos 1 y 2 establecían: “La Religión Católica Apostólica Romana es la Religión del Estado”; “Todo hombre deberá respetar el culto público, y la Religión Santa del Estado”.
b) El Reglamento Provisorio de 1817, sostenía en el capítulo II “De la religión del Estado”: “Artículo 1: La religión católica apostólica romana, es la religión del Estado”; “Artículo 2: Todo hombre debe respetar el culto público, y la religión santa del Estado: la infracción de este artículo será mirada como una violación de las leyes fundamentales del país”.

Una primera aproximación hacia aquellas normas deja ver la importancia que la religión tenía para el legislador, haciéndose eco de la función articuladora de los valores religiosos en la sociedad.

No obstante, deja ver los primeros atisbos de violación de los principios de libertad e igualdad de cultos al equiparar el disenso u oposición a las creencias católicas con los delitos (“violación de las leyes fundamentales del país”). También sembraron las primeras semillas de los privilegios legales de la Iglesia.

Aquellos artículos fueron tomados como antecedentes y fueron la base de los artículos 1 y 2 de la Constitución de 1819.

c) En la Sección Primera, el artículo 1° establece: “La Religión Católica Apostólica Romana es la religión del Estado. El gobierno le debe la más eficaz y poderosa protección; y los habitantes del territorio todo respeto, cualesquiera que sean sus opiniones privadas”. A continuación, el artículo 2° sostiene: “La infracción del artículo anterior será mirada como una violación de las leyes fundamentales del país”.

Ambas normas son relevantes por cuanto: a) Delinean por primera vez un Estado confesional y el primer antecedente constitucional del país en la materia; b) La ubicación de la religión en los artículos 1º y 2º manifiesta la importancia que se le asignaba al factor religioso y c) Configuran los primeros privilegios con que iba a contar la Iglesia históricamente desde el ángulo constitucional.

d) La Constitución santafesina disponía en la Sección I “Religión del país”, art. 1º: “La provincia sostiene exclusivamente la religión católica, apostólica, romana. Su conservación será de la primera inspección de los magistrados, y todo habitante debe abstenerse de la menor ofensa a su culto”. El art. 2º decía: “El que contraviniere el art. 1º, será reputado enemigo del país, por la violación de sus primeros fundamentos”.

e) Finalmente la Constitución de 1826, en la Sección I titulada “De la Nación y su culto”, art. 3º: “Su religión es la católica apostólica romana, a la que prestará siempre la más eficaz, y decidida protección, y sus habitantes el mayor respeto, sean cuales fueren sus opiniones religiosas”.
Para destacar en el artículo transcrito dos deberes: por parte del Estado, de asegurar la “protección” de la religión católica (entendemos que también de la institución); y de parte de los habitantes, el “respeto” hacia aquella, cualquiera sean las convicciones personales.
Hasta aquí los primeros antecedentes normativos.

La cuestión religiosa en Juan B. Alberdi

Alberdi trató la cuestión al hacer referencia a la libertad religiosa, en el capítulo XVIII de su obra Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina.
Desde un punto de vista general, destacó la importancia de la religión como también su necesidad:

“… el hombre tiene necesidad de apoyarse en Dios, y de entregar a su protección la mitad del éxito de sus miras”. (Bases… página 89).

Menciona, a renglón seguido, algunas características que la religión tiene:

“La religión debe ser hoy…el primer objeto de nuestras leyes fundamentales”.

“En este escrito de política, sólo será mirada como resorte de orden social, como medio de organización política…”

Objeto de las leyes fundamentales implica que la religión debía cumplir el rol de fuente, no sólo de las Constituciones sino de las leyes en general.

Resorte de orden social implica que la sociedad se organizaba desde y a partir de los valores religiosos. No surge, pues, del pensamiento analizado una posición laica o secular.

Ahora bien, aquella posición donde resalta la importancia de la religión la modera en el sentido que se mostró partidario de la libertad religiosa, de cultos, aunque no de su igualdad.

Asimismo dejó ver su crítica al monopolio que España había implantado en América, no sólo en materia comercial, de población, de industria, sino también, de religión:

“El derecho colonial era exclusivo en materia de religión… el exclusivismo era su esencia en todo lo que estatuía, pues baste recordar que era un derecho colonial, de exclusión y de monopolio. El culto exclusivo era empleado en el sentido de esa política como resorte del Estado. Por otra parte, España excluía de sus dominios los cultos disidentes, en cambio de concesiones que los Papas hacían a sus revés sobre intereses de su tiempo”.

A los fines de nuestra argumentación, hay que destacar los dichos de Alberdi en cuanto que el exclusivismo y monopolio religioso favorecieron a la Iglesia Católica.

Y si bien se muestra partidario de la libertad religiosa - en aras de la tolerancia e inclusión -, mantiene la línea de continuar con el régimen de privilegio hacia el catolicismo:

“Ella debe mantener y proteger la religión de nuestros padres, como la primera necesidad de nuestro orden social y político; pero debe protegerla por la libertad, por la tolerancia y por todos los medios que son peculiares y propios del régimen democrático y liberal, y no como el antiguo derecho indiano por exclusiones y prohibiciones de otros cultos cristianos”.

La no igualdad religiosa la manifiesta de manera expresa:

“En los primeros días de la revolución americana, nuestra política constitucional hacía bien en ofrecer al catolicismo el respeto de sus antiguos privilegios y exclusiones en este continente… eran concesiones de táctica exigidas por el éxito de la empresa”.

Finalmente, es partidario de la consagración de la religión católica como religión del Estado. Ratifica la libertad de cultos, sin igualdad de cultos:

“Será necesario, pues, consagrar el catolicismo como religión de Estado; pero sin excluir el ejercicio público de los otros cultos cristianos. La libertad religiosa es tan necesaria al país como la misma religión católica”.

Como síntesis conclusiva, que abona nuestra línea argumental, podemos destacar del pensamiento de Alberdi:

1. La importancia y necesidad de la religión en la vida del país.

2. La función vertebradora de la misma, de cohesión social. También como un “Medio de poblar y educar al país”.

3. Una posición a favor de la libertad religiosa, de que los otros cultos cristianos pudieran manifestar su fe. No hace referencia a los cultos no cristianos.

4. Aquella posición a favor de la libertad religiosa la funda en la tolerancia, en la inclusión, en contra del monopolio y exclusivismo.

5. Sin embargo, es partidario de mantener los privilegios de la religión católica, de su iglesia, y lo hace consagrando a la misma como religión del Estado.

6. Es así que el artículo 3 de su Proyecto de Constitución de la Confederación Argentina dice: “La Confederación adopta y sostiene el culto católico, y garantiza la libertad de los demás”.

7. La exclusividad que criticó del derecho colonial la mantuvo, no obstante, para una religión de debía ser oficial.

8. No hizo referencia de manera expresa al sostenimiento económico.

Luego del análisis realizado nadie pondrá en duda, entonces, que Alberdi fue partidario de la libertad religiosa, de cultos, aunque no de su igualdad. En este sentido siguió la línea trazada por las Constituciones de 1819 y 1826 relativa al mantenimiento de un sistema de privilegios a favor del catolicismo.

Como se habrá observado, en el ámbito normativo no apareció la cuestión económica. Esta se desencadenará políticamente con el gobierno de Rivadavia y posteriormente en la Constitución de 1853.

El problema en la doctrina constitucional

Llegamos a la Constitución de 1853 y el famoso artículo 2 que desde el punto de vista de la estructura de normas importa una declaración: “El Gobierno federal sostiene el culto católico, apostólico, romano”.

Mucho se ha escrito sobre el tema. La doctrina del Derecho Constitucional al abordar el análisis de la norma mencionada, y la consiguiente relación entre el Estado y la Iglesia Católica, se dividió en dos corrientes:

a) la mayoritaria, que considera que el sostenimiento al que alude el art. 2 se refiere sólo al aspecto económico;

b) la minoritaria, que se inclina por una postura más amplia: el sostenimiento no sólo implica lo económico sino una “unión moral” más estrecha entre Estado e Iglesia.

a) Doctrina mayoritaria.

El criterio de la mayoría de la doctrina es que el sostenimiento del culto católico que declara el art. 2 de la C.N. implica exclusivamente la carga para el Estado de asistir presupuestariamente a la Iglesia Católica.

Se destaca al art. 2 como la única norma que regula las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica; un artículo que “ha despertado y despierta una intensa polémica en cuanto al alcance que debe reconocérsele ; que el término tiene interpretación “restrictiva”; y en general se menciona que no hay evidencias en la Constitución Nacional de que el catolicismo sea la religión oficial o haya una religión de Estado (Cf. Autores como Humberto Quiroga Lavié, Susana Cayuso, María A. Gelli, entre otros).

Ahora bien, aquel artículo es complementado por una serie de leyes dictadas en la última dictadura militar. Veamos.

a. Período del dictador Videla: se “sancionaron”, las siguientes leyes:

a) Ley 21.950, regula el sueldo de los obispos, art. 1: “Los arzobispos y obispos con jurisdicción sobre arquidiócesis, diócesis, prelaturas, eparquías y exarcados del Culto Católico Apostólico Romano gozarán de una asignación mensual equivalente al 80% de la remuneración fijada para el cargo de Juez Nacional de Primera Instancia, hasta que cesen en dichos cargos”. El art. 2 dispone: “Los Obispos Auxiliares de las jurisdicciones señaladas en el Artículo 1º y el Secretario General del Episcopado tendrán una asignación mensual equivalente al 70 % de la remuneración fijada para el cargo de Juez Nacional de Primera Instancia, hasta que cesen en dichos cargos”.

Es la ley por la cual cobra su sueldo el obispo titular de Mendoza. Los últimos datos hablan de un sueldo de $ 7.287,13 netos, no imponibles, como ingreso de un obispo diocesano, pagado por todos los ciudadanos, católicos y no católicos (que son la mayoría). Mientras, el obispo auxiliar debería informar a la opinión pública cuánto gana ya que se trata de fondos que provienen del erario público.

No hace falta que nadie les pida explicaciones: de oficio deben informar, dada la naturaleza de persona jurídica pública no estatal de la institución que integran (art. 33 del Código Civil).

b) Ley 21.540, regula la jubilación de obispos por edad avanzada o invalidez. Dice su art. 1: “Los Arzobispos y Obispos con jurisdicción sobre Arquidiócesis, Diócesis, Prelaturas o Exarcados del Culto Católico, Apostólico, Romano, y el Vicario Castrense para las Fuerzas Armadas, que cesen en dichos cargos por razones de edad o de invalidez, gozarán de una asignación mensual vitalicia equivalente al setenta por ciento (70%) de la remuneración fijada al cargo de Presidente de la Nación excluidos los gastos de representación en el Presupuesto General de la Administración Pública Nacional”.

c) Ley 22.162, otorga subsidios por zonas desfavorables. El art. 1 dice: “Facúltase al Poder Ejecutivo Nacional a otorgar a los curas párrocos o vicarios ecónomos de parroquias situadas en Zonas de Frontera, (...) o de aquéllas ubicadas en otras zonas que, por sus características, también requieran la promoción de su desarrollo, una asignación mensual (...) equivalente a la que corresponda a la categoría 16 del Escalafón del Personal Civil de la Administración Pública Nacional”.

d) Ley 22430, que otorga jubilaciones sin aportes, con 5 años de servicio acumulativas con otras. El art. 1 consagra: “Los sacerdotes seculares del culto católico, apostólico, romano, que tuvieran cumplida la edad de sesenta y cinco (65) años o se hallaren incapacitados y que hubieran desempeñado su ministerio en el país por un lapso no inferior a cinco (5) años, no amparados por un régimen oficial de previsión o de prestación no contributiva, tendrán derecho a una asignación mensual vitalicia equivalente al haber mínimo de jubilación del régimen nacional de jubilaciones y pensiones para trabajadores en relación de dependencia”. El art. 2: “Esta asignación será compatible con cualesquiera otros ingresos que mensualmente no excedan del doble del haber mínimo de jubilación”.

b. Período del dictador Galtieri:

a. Ley 22552, contempla los casos de vacancia. Art. 1: “En los casos de vacancia de la titularidad producida en las Arquidiócesis, Diócesis, Prelaturas, Eparquías y Exarcados del Culto Católico Apostólico Romano y hasta tanto se designe nuevo diocesano, los Vicarios Capitulares o los Administradores Apostólicos con jurisdicción en las mismas, recibirán la asignación mensual a que se refiere el artículo 1 de la Ley 21.950”.

c. Período del dictador Bignone:

a) Ley 22950, que otorga becas estatales a seminaristas. Dice el art. 1: “El Gobierno Nacional contribuirá a la formación del Clero Diocesano, para lo cual los Señores Obispos residenciales o quienes hagan canónicamente sus veces percibirán en concepto de sostenimiento mensual por cada alumno de nacionalidad argentina del Seminario Mayor perteneciente a la propia jurisdicción eclesiástica, el equivalente al monto que corresponda a la Categoría 10 del Escalafón del Personal Civil de la Administración Pública Nacional”.

Una ley anterior a las mencionadas es la 17.032 - de la época del dictador Onganía -, mediante la cual se aprobó el Acuerdo entre la Santa Sede y la República Argentina, suscripto en Buenos Aires, el 10 de octubre de 1966. Llamado Concordato con la Santa Sede, a priori, inconstitucional por cuanto nunca pasó por el Congreso de la Nación, existen en la actualidad varios proyectos de ley en el Congreso a fin de lograr su denuncia.

b) Doctrina minoritaria.

Representada, entre otros, por el jurista Germán Bidart Campos, se refiere al problema al tratar sobre la confesionalidad de la Constitución Argentina.

Sostiene al respecto: "la confesionalidad de nuestro estado cabe en la tipología de la secularidad" (entiende por esto la situación donde “el Estado reconoce la realidad de un poder religioso o de varios, y recoge el fenómeno espiritual, institucionalizando políticamente su existencia y resolviendo favorablemente la relación del Estado con la comunidad religiosa (o iglesia) – una o varias – Cf. Manual de la Constitución reformada, Tomo I, Ediar, Bs. As., 2004).
“La fórmula de la secularidad en que se enrola la constitución argentina está dada por la libertad de cultos sin igualdad de cultos, en cuanto hay un culto y una iglesia que tienen preeminencia sobre las demás confesiones y obtienen un reconocimiento preferente. Se trata del culto católico y la iglesia respectiva”.

Expresa el autor en aquel párrafo una fórmula: "libertad de cultos sin igualdad de cultos".
Yendo al problema de la igualdad religiosa, sostiene el autor (de marcada adhesión al catolicismo), que la Constitución no introduce "una discriminación arbitraria en orden a la libertad religiosa de las personas y de las comunidades no católicas".

Creemos erróneo el planteo del ilustre jurista por dos razones:

a) Primero, porque el artículo en cuestión en nada hace referencia a la libertad religiosa, garantizada más adelante en el artículo 14, pero sí está aludiendo a la igualdad entre las religiones desde el momento en que se declara la "obligación" del Estado Federal de sostener el culto católico apostólico romano.

b) Segundo, porque la discriminación aparece notoriamente, por lo menos desde el punto de vista económico. Calificarla de arbitraria o no, es un dato menor. Toda discriminación es arbitraria por cuanto implica, etimológica y semánticamente, segregación y exclusión.
La no igualdad de cultos la justifica, en primer lugar, en la relación "diferente" que el Estado argentino tiene con la Iglesia Católica:

"La "no igualdad" de cultos y de iglesias, sin cercenar el derecho a la libertad religiosa en estricto pie de igualdad para todas las personas y comunidades, significa únicamente que la relación que la República Argentina con la Iglesia Católica Romana es diferente a la que mantiene con los demás cultos e iglesias porque cuenta con un reconocimiento especial. Por eso hemos hablado antes de "preeminencia"."

Y luego enumera las razones por las cuales la Constitución regula las asimetrías a favor del catolicismo:

"Por un lado, la tradición hispano-indiana y los antecedentes que obran en la génesis constitucional de nuestro estado (ensayos, proyectos, constituciones, estatutos y constituciones provinciales, etc.). Por otro lado el reconocimiento de la composición religiosa de la población, predominante y mayoritariamente católica. Y sobre todo, en la conjugación de los factores citados, la valoración del catolicismo como religión verdadera. Este último punto surge definidamente del pensamiento del convencional Seguí en la sesión del 21 de abril de 1853, al expresar que el deber de sostener el culto incluía la declaración de que la religión católica era la de la mayoría o la casi totalidad de los habitantes, y comprendía asimismo la creencia del Congreso Constituyente sobre la verdad de ella “pues sería absurdo obligar al gobierno federal al sostenimiento de un culto que simbolizase una quimera”.

Analicemos las razones expuestas por el autor para justificar el trato "diferente" que el Estado le deparó (y depara), a la Iglesia Católica. Siempre teniendo en cuenta que se busca revisar y actualizar las ideas en esta materia.

Sin cuestionar el contexto histórico que pudo haber justificado la regulación que hace el art. 2, entendemos que todos los argumentos sostenidos por el autor citado han quedado desactualizados. Veamos:

a) Unión moral ente Estado e Iglesia: Bidart Campos considera a la "unión moral" como "una relación de cooperación, con autonomía de uno y otro en el ámbito de las competencias respectivas…" (ob. citada, p. 543).

Es indudable, por basarse en hechos históricos, que la Iglesia cooperó con sus hombres y representantes en la construcción política y jurídica del país. También es cierto que colaboró con todos los gobiernos militares.

Ahora bien, dicha cooperación, en la actualidad, puede hacerse extensiva a todos los credos (cristianos y no cristianos), que comparten similares valores religiosos y éticos que el catolicismo (amor al prójimo, solidaridad, fraternidad, bien común, defensa de la vida y la familia, etc.).

Por ello, el argumento de la “unión moral” entre el Estado e iglesias no es privativo ni exclusivo de la católica, máxime en una época como la que transitamos de creciente y aceptado ecumenismo y tolerancia entre los credos. Este argumento ha caducado.

b) La tradición hispano-indiana: es el argumento que, según nuestro criterio, justifica el actual régimen privilegiado que dispone la Iglesia. La tradición hispano-indiana, es incuestionable desde el punto de vista histórico, aunque no carente de polémicas y cuestionamientos por el comportamiento del clero católico.

c) Los antecedentes que obran en la génesis de nuestro Estado: son las constituciones de 1819 y 1826 que se comentaron brevemente. En ambas se establecía que la religión oficial del Estado era la católica. Entendemos que este es el punto de partida del régimen de privilegio a favor de la Iglesia Católica, y los mismos sólo constituyen antecedentes de una época superada.
d) La composición religiosa de la población, mayoritariamente católica: argumento que ha perdido vigencia. En efecto, conforme la última encuesta publicada en los medios de comunicación y elaborada por el CONICET, el 76% de los argentinos reconoce que es católico pero sólo el 23,1 % manifestó relacionarse con Dios a través de su institución eclesial (de ellos, casi la mitad se declaran evangélicos, lo que evidencia que éstos son más institucionales que los católicos).

Habrá que distinguir, pues, entre mayoría de personas bautizadas en la Iglesia, de los que creen en sus dogmas, cumplen sus mandatos morales, celebran sus ritos y obedecen al Papa, es decir, los practicantes que son la minoría. Dicho de otro modo: una cosa es que la mayoría de los argentinos sean bautizados en la Iglesia Católica, y otra que practiquen los postulados de esa religión. El argumento sociológico, de la composición mayoritariamente católica de la población no justifica jurídicamente la contribución económica estatal.

e) La valoración del catolicismo como religión verdadera: como su mismo nombre lo indica es una “valoración”, que dependerá del fuero interno de cada ciudadano. El problema de cuál es la religión verdadera no es objeto del Derecho que debe regular en igualdad de condiciones a todas las formas de creencias, sin privilegios. En la época que transitamos sostener que la religión católica es la única verdadera es fomentar la discriminación, la intolerancia y no es un problema del Estado que debe orientarse hacia la laicidad y plena ciudadanía.

Este argumento, a perdido vigencia no sólo desde el punto de vista jurídico por cuanto no puede tener cabida en un Estado de Derecho, democrático y pluralista, que debe incluir, no excluir. Tampoco tiene cabida en el actual estado de secularización y laicidad creciente de la sociedad cuya vertebración ya no es llevada a cabo por ninguna religión.

Luego de lo expuesto en resumido análisis, los lectores deberán responder la pregunta original ¿Es necesaria la contribución económica estatal a la Iglesia Católica?

Síntesis conclusiva
1. La contribución económica del Estado a la Iglesia reconoce diversas formas: desde el pago de sueldos a los obispos, pasando por subsidios destinados a la construcción o terminación de inmuebles eclesiásticos, donaciones con y sin cargo, pago de jubilaciones por invalidez, subsidios por zonas desfavorables, subsidios por vacancia, hasta becas estatales a seminaristas.

2. Salvo la norma constitucional, y la aludida del Código Civil, existen varias leyes que amparan aquellos beneficios surgidas de la última dictadura militar, en sus diversos períodos.

3. Los beneficios económicos aludidos no son ínfimos.

4. Los obispos residentes en Mendoza deben rendir cuentas de los sueldos que perciben del Estado Nacional.

5. Tanto a nivel nacional como provincial, la Iglesia es favorecida por diversos tipos de beneficios y prebendas.

6. La sociedad debe replantearse la contribución económica que hace el Estado a los funcionarios eclesiásticos y a la institución.

7. En épocas de laicidad y de una creciente igualdad ante la ley, no existen justificativos jurídicos, sociales ni culturales para mantener un régimen de privilegios hacia un credo en particular.

sábado, 6 de marzo de 2010

Una nota interesante

Texto de Marcos Viancheto, Prensa de Jorge Rivas

¿Ustedes están mirando a esta idiota?
-“¿Ustedes están mirando a esta idiota?”-. La parejita niega con la cabeza. Él, como desinteresado, balancea con su cabeza un no, tibiamente. Ella, la mueve con decisión, como queriendo que se note la firmeza de su negativa. “-No la aguanto a esta mina, no me pregunten por qué, pero es una tarada”-, agrega.

Vivo esta escena por enésima vez y la siento parecida a muchas otras que viví en poco tiempo. Y otra vez, pero como nunca, me enojo. Bah, me caliento, me recontra caliento mal. ¡Tengo ganas de pelear! Lo cagaría a piñas sin mediar palabras. Por idiota. Por no saber ni siquiera por qué dice eso. Se le nota. Tira esas frases al aire como quien busca un tema de conversación infalible, como el clima. Podría haber dicho “todavía en marzo y sigue este calor, la puta madre, qué mosquitos de mierda…”, pero no, el tema era “este gobierno”.

Por enésima vez trato de serenarme. Lo logro, un poco. Bastante. No del todo ni tampoco muchísimo, pero bastante. El diablito que se me para en el hombro me dice “¿por qué te dejás insultar así? ¡te está insultando!”. Lo niego, porque, claro, no creo en diablos ni diablitos. Pero sí, debo confesar, sigo caliente. Muy caliente.

Mientras miro a ese pibe medio pelo, a ese cambalache, con gorrita, que se lukea como un pibe chorro pero que seguro desea la pena de muerte, mientras lo miro con ojos de mira para el disparo, me angustia mi furia y me asusta, porque le hubiese roto la cara con todas las ganas, le hubiese pegado a él –o al menos tratado- por esas incontables veces en que me agredieron como él lo hizo en ésta ocasión. La otra cosa que me angustia y que me asusta es ese lugar común que hoy es tan común como el clima, y que hoy nadie, o casi nadie, lo discute: “Qué frío, qué calor, cómo está lloviendo últimamente, qué conchuda esta mina, qué soberbia, esa yegua, las carteras que usa, cómo se pinta…”.

La escena transcurre –digamos, para que se entienda- en la sala de espera de un sanatorio privado recontra medio pelo, uno de los mejorcitos que me toca por mi obra social. Es tarde. Al aire en la TV está 678 en canal 7, un programa que -los que lo conocemos- sabemos que muestra cosas que ningún otro no. Digamos que completa la parte que nos falta, porque lo otro también hay que mirarlo si queremos tener una imagen completa de este puto escenario de batalla.

Un tipo miraba de cerca, parado, la tele encastrada en la pared sobre una de esas bases móviles. Se reía con una escena que hacía quedar en evidencia algunas miserias de la llamada “oposición” actual. De repente anuncian el pase al noticiero, va la transmisión en vivo con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien daba una conferencia de prensa junto a la funcionaria estadounidense Hillary Clinton –encargada de la relación con los demás países en el gobierno de Obama-.

Y enseguida, el pibe de gorrita, abandona la conversación pelotudísima que mantenía con una pareja de desconocidos, tres jóvenes inmersos en una charla de placas radiográficas, de esperas en salas de espera, y de algún lugar común más. Abandona la charla, la interrumpe, pone su mejor cara de asco y de soberbia, y como esos tipos que tienen ganas de vomitar al ver la camiseta del equipo de fútbol rival, mira de reojo la tele y dispara: -“¿Ustedes están mirando a esta idiota?”-. La parejita niega con la cabeza. Él, como desinteresado, balancea con su cabeza un no, tibiamente. Ella, la mueve con decisión, como queriendo que se note la firmeza de su negativa. “-No la aguanto a esta mina, no me pregunten por qué, pero es una tarada”-, agrega.

-Yo estoy mirando a MI presidenta. Cuando termine de hablar ELLA, podés cambiar.- El flaco sonríe, avergonzado, como si lo hubiesen pillado en una travesura y él no se lo esperara. Eso es lo más grave. Él no esperaba que alguien reaccionara, porque… ¿quién va a defender “a esa conchuda”?

Pasadas ya horas y días de aquella escena, la agresión me sigue doliendo. Más que nunca, más que las otras veces, porque me doy cuenta de que hoy ese es un lugar común tan común como la charla sobre el clima. Por fin entiendo que se cubrió ese lugar pocas veces vacío del odio común a algo. Ya se instaló un odio que todos vociferan sin fundamentos, agresiones. Y todos dan por sentando que todos pensamos lo mismo. No esperan que nadie diga nada, ni siquiera esperan el silencio ajeno. “¿Por qué no decís nada vos? ¡¿No me digas que te gusta este gobierno?! ¡Te hacía más inteligente!”, dicen los más macanudos, las más suaves, diciéndonos en las cara que pensaban que éramos inteligentes y que acaban de descubrir que somos idiotas. Ni nos dan el perdón del equivocado, no estámos ni siquiera equivicados de buena leche, de buen corazón: somos idiotas. Sí, nos dicen en la cara idiotas, en el mejor de los casos. O nos acusan de vendidos, de estar pagos, en el peor.

Hoy, salvo pocos, muy pocos -equivocados, cómodos y/u oportunistas- me parece la oposición está compuesta íntegramente por hijos de mil puta. Si toman las riendas del país, mucho a mi no me va a perjudicar, en esa cuenta forra de “¿qué le pasará a mi culito?”. A mi culito no le pasará mucho, casi nada. O nada directamente. Y tal vez le vaya mejor… “la platita, la platita”. Pero a los jodidos, los re jodidos… les veo un futuro tremendo: tremendo por lo malo, claro.

Casualmente hoy trabajo con un grupo de políticos que considero preparados y honestos, que son independientes pero cercanos al oficialismo. Pero hago un laburo técnico. Soy un mensajero, un cartero, digamos, llevo correspondencia que yo no escribo, aunque hoy tal vez escribiría cosas parecidas a las que ellos dicen. Y saben que yo del centro a la derecha, nada, sino tal vez no me contratarían. Y yo tampoco querría trabajar para ellos en el caso opuesto. Pero mi opinión política es doméstica, previa a ellos y también posterior. Trato siempre de estar a favor de los más jodidos, equivocado o no (el tiempo dirá).

Hoy ya todos conocemos el cuentito opositor: por derecha, el INDEC, Moreno, Moyano, D´Ellia, la institucionalidad, los DNU, las carteras, el maquillaje, la SOBERBIA, etc. Por izquierda los glaciares, las mineras, los trenes en desuso, la deuda ilegítima, bla bla bla.

La derecha causa gracia. Está bien, a mi me gustaría un gobierno Suizo. Yo podría ser un suizo tranquilamente… ¿Y usted, señor golpista, señor mercado libre, señor CEO? ¿Cómo se ve en Suiza? (país usado como lugar común de la perfección social, pero que vive de la guita sucia de la droga y de la sangre de las dictaduras ajenas, vale aclarar).

Lo de la izquierda, está bien, son críticas válidas, discutamos, discutamos todo, hasta lo que dice la derecha discutamos. Pero no dejemos esto en manos de Duhalde, Menem, de los grupos mediáticos y económicos. El hilo se corta por lo más fino, no seamos pelotudos, no sean pelotudas. De corazón y con todo respeto: no seamos pelotudos, no sean pelotudas. No se perjudiquen, piensen antes un poco. ¡Afilan la guillotina y después se ponen en la fila, carajo!

Los que repiten como loros barbaridades del gobierno, tengan la altura de informarse debidamente antes de vociferar pavadas. Hay miles de críticas válidas. Úsenlas. Lean todo, no sólo los medios masivos de desinformación. Pregúntenle a gente más preparada que ustedes, a gente de buen corazón. Estoy cansado de repetir la listita de cosas buenas como si fuera el Témperley del ´83: la estatización de las AFJP, el privelegiar alianzas económicas y culturales con latinoamérica, las jubilaciones universales, el pago universal a la niñez, la Ley de Medios, bla bla bla. Ni saben qué mierda es todo eso y encima dan vuelta la cara, no les interesa escuchar, ni aunque su familia viva de eso, porque lo desconocen, así como desconocen las cosas negativas que repiten. Es desgantante.

Por eso hoy no creo en el milagro de revertir esto, no creo que por más laburo que hagamos se llegue un mínimo nivel de racionalidad. Hoy el panorama es sombrío. Realmente creo que ya está, con tristeza lo digo: ya está. El tema, el lugar común, ya está instalado. En su momento el enemigo público fue “el piquetero”. Hoy es “el oficialismo”, el oficialista, este gobierno. Sociólogos, politólogos, psicólogos sociales podrán analizar este fenómeno.

Yo me animo a un análisis: las elecciones siempre la deciden los pelotudos y las forras. Ellos y ellas inclinan la balanza, los opinólogos de fóbal y las analistas de novelas, la recontra mediocre clase mierda. Poco importa la cantidad de tremendos hijos de puta que va a las urnas y poco suma el número de gente que vota de buen corazón. Ambos son minoría. Y el discurso del verdugo ya fue comprado por la víctima.

Cuando los diarios decían que todo estaba bien, todo estaba bien. Hoy está todo mal. ¿Sabemos que ambas verdades mediáticas fueron y son mentira? Y no discuto el fondo de todo esto, si todo está bien, mal, o más o menos. Hoy la verdad instalada es que está todo mal. Y creo que ya no se puede revertir. Pero eso no quiere decir que no demos pelea.

Y puede que este gobierno no sea lo que anhelo, lo que quiero. Tal vez eso nunca pueda llevarse a la práctica, o tal vez no en décadas, o cientos de años. Pero es un paso hacia ese lugar. Después de parálisis, tibios y cortísimos avances y muchos retrocesos, este gobierno es un paso adelante. Claro que lo es, decididamente, no tengo ninguna duda. Y no tengo la vergüenza del que votaba a Menem pero en público lo criticaba o callaba. Este gobierno deshizo muchas de las barbaridades del neoliberalismo y profundizó cambios y tomó decisiones que ningún otro gobierno se animó a hacer (ni siquiera a sugerir en una campaña).

Respeto muchísimo a quienes discuten todo esto por izquierda. Ese es mi lugar natural y hoy me sería muy cómodo y seguro estar ahí. Y no se enojaría conmigo nadie. Pero a pesar de muchas contradicciones que hoy sigo teniendo, este gobierno tiene hoy, más que nunca y en la peor adversidad, todo mi apoyo.
 
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